Alemania ha asumido la presidencia del Concejo de la Unión Europea [UE]. ‘El’ dato es que será la última vez que tome esta responsabilidad con Angela Merkel como canciller. Entre los retos, todos a la altura de esta circunstancia, están los de recuperar su soberanía, también su solidaridad, y lograr una cooperación más estrecha con Moscú.

¿A la espera de un milagro?

La asunción de Alemania de la presidencia del Concejo de la UE, era esperado como agua de mayo por la mayoría de los socios comunitarios, y más en momentos en que los retos apremian y el bloque está como bola sin manija.

«Es un escenario complejo y una dura prueba para el liderazgo de Alemania, y [que dejará] ver si realmente tiene la capacidad de impactar, no sólo lo que quede de Angela Merkel en su periodo como canciller, sino simplemente el reto que representa reactivar la economía de la UE en el post-COVID-19″, sostiene al respecto el Dr. en Geopolítica Rolando Dromundo.

Los preliminares de esta presidencia, encontraban a Merkel cada vez más golpeada y debilitada en el ámbito político doméstico, contrastando con un Emmanuel Macron que, pese a que su casa se está ardiendo en llamas, de puertas hacia afuera busca el poder que no tiene dentro: hacerse con el timón político del bloque. Dicho de otra forma, no puede controlar a su país, pero quiere controlar a toda la UE.

Fue en estos preliminares también, que Merkel y Macron presentaron un plan para darle un sacudón a Europa: emitir medio billón de euros en deuda conjunta mediante transferencias que estarán sujetas a condiciones. Todo, a cuenta de la financiación de un plan de recuperación económica del bloque que lo pide a gritos, como si se tratara del último refresco del desierto, cuando el coronavirus terminó de devastar una zona que arrastraba a varios de sus miembros que ya estaban en ruinas.

Dromundo expresa que «estamos ante una clase gobernante que por mucho tiempo estuvo propagando la idea del liberalismo, y por otro lado se ven obligados a tener que justificar que simplemente el Estado tiene que intervenir para salvar la economía».

¿Soberanía y solidaridad?

Desde más al Este, más precisamente desde Rusia, el embajador de Alemania en ese país, Geza Andreas von Geyr, aseguró que Berlín asume esta presidencia rotativa buscando una cooperación más estrecha con Moscú. «Espero que encontremos con Rusia respuestas conjuntas a uno u otro asunto», dijo el diplomático al indicar que se requieren respuestas a los temas del clima y el medio ambiente, la digitalización, así como el impacto de la pandemia de coronavirus.

En este contexto, ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, aseguró que la presidencia alemana se basará sobre dos palabras: solidaridad y soberanía. Casualidad o no, pronuncia estas palabras en momentos en que el senado de EEUU incluyó una medida para aplicar sanciones al proyecto del gasoducto Nord Stream 2 como parte de su proyecto de la Ley de Aclaración para Proteger la Seguridad Energética de Europa cuyo presupuesto está a cargo del Departamento de Defensa.

Esa soberanía a la que se refería Maas, tal vez se refiera a EEUU, y esa solidaridad, quizá apunte directamente contra Polonia, Letonia y Lituana, conspiradores todos contra el gasoducto, que vaya ironía, busca más independencia energética para Europa, a diferencia del demagógico nombre que lleva el proyecto de ley de sanciones de EEUU: ‘Aclaración para Proteger la Seguridad Energética de Europa’.

Una situación que llevó al ex canciller de Alemania, presidente de la junta directiva de Rosneft y presidente del Comité de Accionistas de Nord Stream AG, Gerhard Schröder, a afirmar que que las sanciones contra un aliado de la OTAN durante la recesión económica «no son más que el fin deliberado de la asociación transatlántica», «un ataque a la economía europea, un atentado inaceptable contra la soberanía de la UE y la seguridad energética de Europa occidental».

Dromundo señala que todo esto es geopolítica pura. «Alemania está tomando lo que es una decisión soberana de tratar de buscar una seguridad energética, y por otro lado es una cuestión de EEUU por seguir tratando a los países de la UE como protectorados».

«Polonia siempre ha sido especialista en el ‘besamanos’ en relación con EEUU y no han dado ninguna muestra de pensar estratégica y soberanamente, sino que se limitan a reproducir de una manera, incluso mucho más agresiva, las propuestas de EEUU», advierte el Dr. Rolando Dromundo.