El cierre de 2025 deja un panorama económico complejo para la Argentina, marcado por un crecimiento que no logró traducirse en una mejora generalizada y por tensiones financieras que se proyectan con fuerza hacia el año próximo. Aunque el gobierno celebró un rebote estadístico cercano al 4%, el resultado estuvo lejos de la expansión vigorosa prometida y se apoyó en pocos sectores dinámicos, mientras la industria, el comercio y la construcción continuaron en retroceso. En ese contexto, la discusión sobre la deuda y los vencimientos futuros volvió a ocupar un lugar central en el balance del año.
En diálogo con FRECUENCIA ZERO, el economista José Castillo cuestionó con dureza las expectativas oficiales y recordó que el presidente Javier Milei había asegurado que la economía crecería “como pedo de buzo”, algo que claramente no ocurrió. Según explicó, el crecimiento de 2025 fue apenas un rebote frente al derrumbe previo y no alcanzó para revertir la caída de sectores clave ni del consumo. Además, advirtió sobre el peso de la deuda externa y puso el foco en los compromisos que vienen: “en 2026 hay que pagar unos 17 mil millones de dólares, con vencimientos muy concentrados”, una cifra que consideró difícil de afrontar en un país sin acceso fluido al crédito ni ingreso sostenido de dólares.
De cara al año próximo, Castillo anticipó un escenario de “crecimiento flaco”, estimado entre el 2% y el 3%, nuevamente impulsado por el agro, la energía y algunos enclaves exportadores. Sin embargo, alertó que el resto de la economía seguirá golpeada y que esa dinámica puede profundizar las desigualdades: “la economía se puede partir más”, sostuvo, al señalar salarios y jubilaciones deterioradas, consumo deprimido y un aumento de los problemas de endeudamiento de hogares. Para el economista, 2026 aparece así como un año de tensiones crecientes, con una recuperación débil y riesgos estructurales que seguirán sin resolverse.

