En un contexto de creciente incertidumbre económica, el gobierno argentino busca mantener la estabilidad cambiaria de cara a las elecciones, apoyado en los recientes desembolsos del Fondo Monetario Internacional. La suba del 15% del dólar en julio presiona los precios mayoristas y se espera que impacte en la inflación de agosto. A su vez, las tasas de interés se mantienen elevadas para desalentar una fuga al dólar, mientras la economía muestra señales claras de enfriamiento.
En diálogo con FRECUENCIA ZERO, el economista José Castillo advirtió que la aparente estabilidad es artificial y transitoria. Señaló que los salarios quedaron rezagados frente a los precios, el consumo se sostuvo con endeudamiento y hoy la suba de tasas frena tanto el gasto como el crédito. «La economía se planchó de nuevo», resumió, al tiempo que alertó sobre la sostenibilidad del tipo de cambio. “En el corto plazo lo pueden manejar con los dólares del FMI y el dólar futuro, pero en el mediano plazo, el gobierno va a tener que devaluar”, aseguró.
Además, Castillo remarcó que la salida de empresas extranjeras y la falta de inversiones agravan el panorama. “La demanda de dólares es mayor que la oferta”, explicó, y sostuvo que la esperada reactivación por rebote ya fue absorbida. De cara al 2026, advirtió que el Fondo Monetario exigirá reformas estructurales, como la previsional y la laboral. Mientras tanto, el gobierno apuesta todo a evitar un desborde inflacionario en plena campaña.